Los seres humanos vivimos en simbiosis con múltiples microorganismos y en general existe un buen equilibrio y colaboración mutua. No obstante, cuando por múltiples factores se rompe esta armonía, se desencadenan mecanismos que conllevan el deterioro de la salud. Este deterioro puede ser notable, pero en otras ocasiones es imperceptible.

La alimentación juega un papel muy importante en este frágil equilibrio y es clave para mantener un sistema de defensas adecuado. A su vez, la inmunidad está muy relacionada con el sistema digestivo y la buena salud intestinal.

Tener un intestino saludable es la mejor prevención contra las infecciones víricas.

¿Como conseguirlo?

La clave está en el tipo de alimentación que se toma, el modo de cocinar los alimentos, cuando tomarlos y también en una correcta hidratación.

Es cierto que cada persona es diferente y las pautas de alimentación se tienen que individualizar, pero hay algunos consejos que pueden favorecer la salud.

Está demostrado que los azucares simples, o sea los alimentos que contienen azúcar blanco, disminuyen rápidamente las defensas. Las frutas frescas y las verduras crudas contienen muchas vitaminas y minerales y es conveniente comerlas a diario por ser muy beneficiosas. Las naranjas, mandarinas, Kiwis, granadas, papaya, así como los pimientos rojos, brécol y coles de Bruselas contienen vitamina C, relacionada directamente con el apoyo al sistema inmune. Por otro lado, los frutos del bosque (moras, arándanos, y frambuesas) tienen antioxidantes, que previenen la oxidación de células y tejidos.

Al cocinar las verduras, se pierde parte de sus propiedades, pero también aportan fibra, algo imprescindible para el buen funcionamiento intestinal.

También son muy saludables los brotes germinados; muy nutritivos y ricos en zinc y selenio. Otro alimento con grandes cualidades es la miel cruda, tomada en pequeña cantidad.

Los alimentos que contienen harinas blancas nos debilitan. Es preferible una harina de trigo integral ecológico y también otras harinas cono el trigo sarraceno, teff, quinua, etc.

Respecto a los alimentos a disminuir, es beneficioso reducir los lácteos de vaca ya que así conseguiremos tener la mucosa respiratoria y digestiva en mejores condiciones. Con relación a la proteína animal, sería aconsejable primar el pescado a la carne.

En cuanto al modo de cocinar los alimentos, al vapor es una opción muy interesante ya que conserva todos los nutrientes sin alterarlos ni disminuir sus propiedades.